La mejor manera de tener las hierbas aromáticas siempre frescas en la cocina es cortarlas, ponerlas en una cubitera, cubrirlas con aceite de oliva y después congelarlas, ya que de esta manera la humedad del aceite favorecerá una buena conservación de las hierbas.
Primero al sacarlas del agua hirviendo tienes que pasar las patatas por agua muy fría durante unos 30 segundos, después les haces unos cortes superficiales y la piel saldrá prácticamente sola.
El truco para evitar que la elaboración de una mayonesa te salga perfecta y en un momento, sin tener que repetirla, es que todos los alimentos estén a la misma temperatura, así que si no quieres correr el riesgo de que se te corte la mahonesa, necesitarás que el huevo y el aceite estén a la misma temperatura.
Sumerge el pollo bien cerrado en una bolsa zip, en agua fría y cámbiala cada cierto tiempo (unos 30 minutos) para que continúe con la descongelación. Recuerda: No deben descongelarse los alimentos a temperatura ambiente o en agua caliente.
Para calentar en microondas pizza o cualquier otro alimento horneado, pon a un lado un vaso con agua. De esta manera la humedad evaporada no dejará que la corteza del horneado se reseque.
Para no tener que esperar a que el agua en la cual se prepara la pasta empiece a hervir, ponle una cuchara de madera encima de la olla. La madera no dejará que la espuma que se levanta con la cocción se derrame.
Para evitar que se oxiden las papas, almacénalas junto con una manzana.
Muchos de los platos más exquisitos se preparan al horno. Por esa razón, ¡nunca te quedes sin papel de hornear!
¿El papel de plástico se estira y se rompe frecuentemente? Guárdalo en el refrigerador tal como lo hacen todos los chefs del mundo. El film frío es fácil de manipular, se adhiere menos a las manos y no causa irritación.
Para obtener la mayor cantidad posible de jugo de las frutas cítricas, primero enfríalas y luego caliéntalas en el microondas por 15 o 20 segundos. Entonces exprímelas y notarás cómo sale todo su jugo.
Para que las papas fritas salgan más secas y crocantes, deben secarse bien con un secador antes de cocinarlas y ponerles la sal una vez fritas.
Un limón ya muy seco puede volverse rico y jugoso si lo sumerges en una taza de agua hirviendo durante unos minutos, esto lo dejará en perfectas condiciones
Los plátanos son las frutas que más gas etileno “hormona de envejecimiento de las plantas“ desprenden, por esta razón mantenlos alejados del resto de las otras frutas y verduras.
Jamás tire el pan que le sobro por el solo hecho de que este duro. Puede aprovecharlo si lo pone en la licuadora, quedara riquísimo para utilizarlo como rebozador.
1- Frota con un chorrito de vinagre y después con limón. Enjuaga con agua y repite el lavado. 2- Lava tus manos con jabón líquido, enjuaga y “exfolia” tus manos con un poco de azúcar, repite 2 veces, enjuaga y seca.
En la nevera: una vez cortado el aguacate, su pulpa se oscurece. Un truco para evitarlo es colocar la parte expuesta boca abajo sobre un plato con una fina capa de aceite de oliva en el fondo.
En el congelador: separado por mitades, sin semilla y sin cáscara, se puede guardar en una bolsa de plástico añadiendo un poco de jugo de limón para evitar que se ponga marrón la superficie. De hecho, se puede guardar entero y cuando se quiera comer solamente se debe poner a descongelar, su sabor se habrá mantenido.
Sofríe el arroz antes de cocinarlo para que así se tuesten parcialmente los granos y no suelten almidón. Añade un poco de jugo de limón, algunas gotas, al líquido de la cocción para evitar que éste se pegue a la olla.
Un error muy común que se comete en cocina es lavar las carnes cuando se van a cocinar. Lavar las aves o las carnes crudas antes de cocinarlas puede propagar las bacterias sobre las superficies de la cocina, los utensilios y otros alimentos que están cerca.
Añade una papa cruda a la preparación. El almidón absorberá la sal y salvará tu comida. Te recomendamos sazonar primero con poca sal y conforme vayas terminando haz los ajustes pertinentes.
Para preparar una buena pasta, primero debes esperar que hierva bien el agua y, luego, le echas la sal. Si la echas antes, cuando añadas la pasta, no se cocinará en la temperatura adecuada y quedará un poco chiclosa.
