Como humanidad hemos pasado milenios buscando al enemigo afuera, en el exterior. Hemos inventado todo tipo de clasificaciones basadas en diferencias superficiales: geográficas, culturales, sexuales, étnicas, ideológicas, sociales, religiosas, entre tantas otras, para etiquetarnos los unos a los otros y poder usar estas supuestas diferencias como justificación para continuar sembrando la discordia en el mundo. Para vivir peleados entre nosotros, promoviendo la ignorancia, la discriminación y la separatividad, siempre bajo la falsa premisa de que el enemigo está allí afuera. Haciendo caso omiso del consejo de algunos nobles seres humanos, líderes provenientes de todas las etnias, culturas, credos, y naciones, que en diferentes momentos históricos han alzado sus voces en nombre del Amor y la Unidad, para intentar hacernos entender que quizás hemos estado buscando en el lugar equivocado. Ya que, tanto el mal que nos aqueja, como el remedio para el mismo, no están afuera sino adentro. Tus verdaderos enemigos no son los que se ven, piensan, hablan, visten, actúan y viven diferente a ti. Tus verdaderos enemigos, o más bien, nuestros únicos enemigos son: El egoísmo, el miedo, la ignorancia, el odio, la vanidad, el orgullo, la ira, los celos, la avaricia, la intolerancia, la mentira y la lista puede seguir... Todos estos son como "VIRUSES" de la mente humana que se alojan dentro, en nuestros pensamientos, emociones y creencias. Desde allí afectan todo lo que pensamos, decimos, y hacemos. Afectan nuestros cuerpos, nuestro entorno y nuestras relaciones con los demás, por ende afectan nuestro mundo en todas sus dimensiones. Y es sólo nuestra responsabilidad, de cada uno y cada cual, la de sacarlos afuera o permitirles continuar haciendo más daño. Creo que ya es tiempo de que dejemos de vivir presa de fantasmas del pasado, buscando enemigos en donde no los hay. Llevamos miles de años cometiendo el mismo error sin llegar a ninguna otra parte que no haya sido la autodestrucción. Ha llegado la hora de dejar de señalar a otros cada vez que algo va mal en nuestras vidas y empezar a mirar para adentro, con honestidad, sólo entonces podremos tener un encuentro real con el único y verdadero responsable de todas nuestras alegrías y sufrimientos: nosotros mismos. Y lo que cada uno decide albergar en su interior - "Cuando no hay enemigo interno, tampoco hay enemigo externo" - que la Verdad te haga libre y que la Paz te acompañe.