Por lo general, se recomienda que los niños empiecen a practicar Pilates a los seis o siete años, con un par de sesiones semanales de una hora de duración. Esta edad es la más recomendada porque es la etapa en la que los niños pasan más horas sentados en el colegio y sus actividades se vuelven más sedentarias.
Los ejercicios de Pilates para niños deben realizarse de manera progresiva, empezando por un nivel básico y luego aumentando la dificultad con el fin de ir conociendo todos los ejercicios y técnicas posibles. De esta manera los niños pueden aumentar su flexibilidad, fuerza y equilibrio.
En cuanto a los beneficios físicos, el Pilates para niños ayuda a corregir posturas incorrectas como la forma de sentarse, pararse o agacharse. Mediante los ejercicios de Pilates el niño puede desarrollar capacidades como la coordinación, el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza y la resistencia.
La práctica regular del Método Pilates también tiene beneficios psíquicos, ya que luego de varias sesiones los niños tendrán mejor autoestima y confianza en sí mismos. A su vez mejora su estado de ánimo y su nivel de concentración.
Como podemos ver, el Pilates para niños es un método ideal para trabajar la musculatura, la flexibilidad, la concentración y la atención. Por eso es importante que los niños empiecen a practicarlo desde los seis o siete años, cuando comienzan a ser conscientes de sus posturas y movimientos. También es fundamental que las clases sean originales, dinámicas y que se adapten a las características etarias de cada grupo.
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